Coaching con niños
Si alguna vez te has preguntado, si el coaching puede usarse con los niños, hoy quiero ayudarte a resolverlo.
¡El coaching se puede utilizar eficazmente con los niños! Si bien, tradicionalmente el coaching se ha asociado con los adultos, existe un reconocimiento cada vez mayor de que los niños también pueden beneficiarse del coaching, siempre que se adapte a su nivel de desarrollo.
A continuación te compartiré algunos beneficios de aplicar el coaching con los niños.
1) Desarrollar la confianza
El coaching puede ayudar a los niños a desarrollar la confianza en sí mismos al fomentar una mentalidad de crecimiento y ayudarlos a reconocer sus fortalezas. Los coaches pueden guiarlos para que vean los desafíos como oportunidades de aprendizaje en lugar de contratiempos.
2) Mejorar la comunicación y las habilidades sociales
El coaching puede ayudar a los niños a expresarse de forma más clara y empática. También puede apoyarles en su aprendizaje sobre cómo escuchar activamente e interactuar positivamente con los demás.
3) Desarrollo de la inteligencia emocional
El coaching puede ayudar a los niños a comprender y gestionar sus emociones, desarrollar empatía y desarrollar resiliencia.
4) Establecer y alcanzar metas
Con orientación, los niños pueden aprender a establecer metas alcanzables y dar pequeños pasos hacia ellas, lo que fomenta una sensación de logro y responsabilidad personal.
5) Mejorar las habilidades y resolver problemas
El coaching puede fomentar el pensamiento crítico y la resolución de problemas. Para los niños, esto podría significar pensar en formas de cómo manejar un conflicto con un amigo o descubrir cómo organizar su tiempo de estudio.
Consideraciones especiales del coaching con niños
Si bien el coaching brinda grandes beneficios a los niños, es necesario que los coaches que aplican las metodologías habituales, al hacer coaching con niños, tomen ciertas precauciones importantes para garantizar su bienestar y hacer que el proceso de coaching sea efectivo, respetuoso y apropiado para su edad.
Aquí hay algunas consideraciones clave:
El coach debe estar certificado en coaching profesional por una institución formal tal como la ICF (International Coaching Federation), EMCC (European Mentoring & Coaching Council), SEP (Secretaría de Educación Pública), IAC (International Association of Coaching) etc. y conducirse bajo las normas de ética y conducta global. De preferencia, los coaches que trabajan con niños podrían tener formación en psicología infantil y desarrollo o técnicas de coaching específicamente adaptadas a los jóvenes. Comprender las etapas del desarrollo ayuda a establecer expectativas y métodos adecuados.
El coach debe obtener permiso de los padres o tutores antes de comenzar cualquier proceso de coaching con un niño y contar con un acuerdo o contrato de coaching. Esto establece confianza y garantiza la alineación con su sistema de apoyo sobre las expectativas y formas de ejecución.
Normalmente estará estrictamente prohibido tomar fotografía o grabar video sin el consentimiento escrito de los padres, por lo que el coach deberá consultar sus leyes y regulaciones locales antes de iniciar con el trabajo o incluir cierto tipo de actividades en el proceso de coaching.
Es necesario establecer límites claros desde el inicio y resolver dudas sobre la forma de trabajo. El coaching no debe confundirse con terapia, capacitación o tutoría. Se debe explicar claramente tanto al niño como a los padres qué es, qué implica el coaching y en qué se diferencia de otras formas de apoyo.
El coach deberá adaptar el lenguaje y los métodos a la edad del niño. Los niños pueden tener un vocabulario limitado para describir sentimientos u objetivos, por lo que los entrenadores deben comunicarse de una manera que sea fácil de entender. El uso de narraciones, juegos, dibujos o juegos de roles puede ayudar a los niños a sentirse cómodos y comprometidos, especialmente a los más pequeños, a quienes las preguntas directas pueden resultar intimidantes.
El coach se centrará en desarrollar la autoestima y resiliencia como parte del proceso de coaching. Es importante que el coach enfatice y haga un refuerzo positivo sobre las críticas para evitar dañar la autoestima del niño. Los niños todavía están desarrollando su concepto de sí mismos y necesitan estímulo para fomentar la confianza. Los niños pueden frustrarse fácilmente si no logran sus objetivos o no comprenden las instrucciones, por lo que el coach debe ser paciente y ayudar al niño a ver los desafíos como oportunidades para aprender.
En todo proceso de coaching, la confidencialidad es uno de los beneficios clave. Esto también es especialmente correcto cuando se trabaja con niños. El coach podrá fomentar la apertura, pero debe evitar presionar al niño para que comparta más de lo que se sienta cómodo. Respetar la privacidad del niño es clave, por tal motivo el coach deberá acordar con los padres desde el inicio cuál es la información que reportará así como la regularidad.
El coach deberá ayudar a los niños a establecer metas pequeñas y alcanzables, evitando presionarlos para realizar cambios rápidos o dramáticos. La atención debería centrarse en el crecimiento gradual y no en resultados estrictos. Si las sesiones de coaching parecieran estresar al niño, sería necesario ajustar el enfoque o reducir el ritmo.
Conclusión
El coaching puede ser una opción ideal para acompañar a los más pequeños en su proceso de aprendizaje. Al tomar las precauciones necesarias, el coaching puede resultar en una experiencia positiva y de apoyo para los niños, ayudándoles a desarrollar habilidades fundamentales de autoconciencia, resiliencia y gestión emocional, respetando al mismo tiempo sus necesidades y límites de desarrollo.
Liliana Franco
Quiero platicar® Coaching
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