Lo básico para liberar estrés
1. Manejo del pensamiento. La principal batalla que enfrentamos los seres humanos es aquella de “nosotros contra nosotros mismos”. ¿Te ha pasado que cuando te enfrentas con algún problema, una situación difícil o una discusión con un ser querido, en ocasiones comienzas a escalar las cosas a un punto en que tu organismo se llena de estrés y comienza a prepararse para una pelea o riesgo inminente, como si efectivamente se tratara de que un león estuviera por comerte? Resulta que esa incapacidad de establecer lo que es imaginario y lo que es real, nos puede dar ciertos dolores de cabeza. Para estar mejor preparado en estas situaciones, es adecuado identificar los pensamientos negativos que te están angustiando y sacarlos de tu mente. Suena fácil, pero puede llevarte tiempo convertirlo en un nuevo hábito. Como escribió Robin S. Sharma en su libro titulado El monje que vendió su Ferrari, “Imagina un hermoso jardín, ¿qué pondrías en él?, seguramente flores, pasto, árboles y ricos adornos. ¿No llevarías a el basura o hiedra, latas o agua estancada, verdad? Pues lo mismo sucede con nuestra mente, no lleves a ella todo aquello que no te agrega valor. ¡Has un alto y trata de modificar el pensamiento!
Puedes ayudarte de alguna frase o mantra que te recuerde que tu mente es un lugar sagrado que hay que cultivarlo con cosas positivas. Mi frase favorita es: “catch and trash” (“atrápalo y tíralo”).
2. Preocuparte u ocuparte. Seguro has escuchado alguna vez esta frase de “mejor no me preocupo, me ocupo”. Tiene un significado importante, ya que la acción nos ayuda a sobrellevar mejor los problemas. Cuando tienes tiempo de sobra, es más fácil que las preocupaciones tomen lugar y que amenacen con entrar a tu hermoso jardín; en cambio, cuando estás ocupado y enfocado en tus actividades, resulta más rápido que te enfoques en las soluciones.
Las preocupaciones no te ayudan a mejorar la situación, la acción positiva te conduce a resultados positivos. Recuerda la frase de Harv Eker: “Los pensamientos conducen a los sentimientos, los sentimientos conducen a las acciones y las acciones conducen a los resultados”; en otras palabras, entre más preocupaciones lleves a tu mente, menos resultados positivos verás en tu vida.
3. Estar en forma. Si tuviera que buscar un solo remedio para el estrés, sin duda te diría que el ejercicio es el más adecuado y el que te ofrece resultados duraderos a largo plazo. El ejercicio nos ayuda a estar fuertes, sanos y a sacar el estrés que vamos acumulando. El ejercicio te mantiene saludable y te ayuda a tener mayor energía durante el día, así como a pensar y a actuar de forma más lúcida.
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Coach personal, Liliana Franco.
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