Hay que estar alerta para observar cuidadosamente aquellos obstáculos que nos impiden lograr lo que hemos soñado. Algunas veces, estos obstáculos, no son enemigos o factores externos sino nosotros mismos.
Tú eres quien te conoce realmente y quien siempre ha estado ahí en tu vida, por lo tanto, tú eres el principal impedimento para hacer algo o, el principal aliento para seguir adelante.
¿Qué hacer cuando tú mismo impides seguir tus objetivos?
Modifica pensamientos negativos. Trata de identificarlos y se consciente que el repasar constantemente situaciones desfavorables, puede desmotivarte y restarte velocidad de implementación en tus objetivos más preciados.
Actúa. Realiza actividades diarias que te conecten con tus metas.
No dejes las cosas para mañana. Cuando estás cansado o con estrés, es fácil abandonar tus objetivos y seguir rutinas. Trata de hacer pequeñas listas de las cosas que quieres hacer en el día y no las postergues.
Aléjate de gente negativa. Una cosa es discutir eventos desafortunados de vez en cuando y otra muy diferente es estar rodeado de personas que habitualmente buscan el lado negativo de todo. Trata de alejarte de este tipo de influencias, ya que puede afectar tu estado de ánimo o de pronto puedes comenzar tú mismo a comportarte de esa manera.
Planea mejor. Evita abrumarte con demasiadas actividades durante el día, planea lo que vas a hacer y toma tiempo suficiente para disfrutar lo que haces. Esto te dará una sensación de tranquilidad, evitarás estrés y lograrás concretar de forma más rápida tus objetivos del día que en el corto y mediano plazo te darán los resultados que buscas de tus metas más importantes.
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Coach personal, Liliana Franco.
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